martes, 3 de mayo de 2011

Tulpas, Creaciones Mentales

TECNICAS SECRETAS TIBETANAS










 Un tulpa no es más que una forma mental muy poderosa, que no se diferencia en su naturaleza esencial de muchas otras apariciones espectrales

TULPAS, CREACIONES MENTALES (I)

Para entender la naturaleza del tulpa, uno tiene que considerar que, en lo que se refiere a los budistas tibetanos (y a la mayor parte de los ocultistas occidentales), el pensamiento es mucho más que una función intelectual. Ellos creen que cada pensamiento afecta a la «matería mental» que impregna el mundo material del mismo modo que una piedra, al ser arrojada a un lago, produce ondas en la superficie. Un pensamiento, en otras palabras, produce «ondas mentales».
Generalmente estas ondas mentales tienen una vida corta. Se deterioran casi inmediatamente después de ser creadas, y no dejan una impronta profunda en la materia mental que penetra en el plano físico. Pero si el pensamiento es particularmente intenso, producto de una pasión o de un temor profundos, o si tiene una duración larga y ha sido objeto de prolongada meditación, la onda de pensamiento transforma la materia mental en una forma más permanente, que tiene una vida más larga e intensa.
Los budistas tibetanos no creen que los tulpas y otras formas mentales sean «reales», pero tampoco lo es, para ellos, el mundo material que aparentemente nos rodea. Ambas cosas son ilusorias.
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Si es cierto lo que creen acerca de las formas mentales los budistas tibetanos, los místicos y los magos, entonces muchos acontecimientos fantasmales, encantamientos y casos de lugares dotados de una fuerte «atmósfera psíquica» se explican con facilidad. Parece plausible, por ejemplo, que las formas mentales creadas por los violentos y apasionados procesos mentales de un asesino, a lo que se añade las emociones y el pánico de una víctima, puedan permanecer en el lugar de un crimen durante meses, años o siglos. Esto podría producir una depresión o una ansiedad intensa en quienes visitan el lugar «embrujado» y, si las formas mentales fueran suficientemente vívidas y poderosas, algunas «apariciones» podrían ser vistas por personas dotadas de sensibilidad psíquica.
Los que estudian el ocultismo afirman que, a veces, los «espíritus» que vagan por un determinado lugar son tulpas, formas mentales que fueron creadas deliberadamente por un hechicero para sus propios fines.
Un tulpa no es más que una forma mental muy poderosa, que no se diferencia en su naturaleza esencial de muchas otras apariciones espectrales. Pero es distinto de una forma mental corriente porque existe, no como resultado accidental de un proceso mental, sino como consecuencia de un acto de la voluntad.
La palabra tulpa es tibetana, pero existen adeptos en todas partes del mundo que se consideran capaces de fabricar a estos seres reuniendo y coagulando primero parte de la materia mental del Universo, y transfiriéndole después parte de su propia vitalidad.
En Bengala, hogar de buena parte del ocultismo hindú, esta técnica se denomina kriya shakti («poder creador»), y es practicada por los adeptos del tantrismo. Los iniciados de los cultos tántricos «de izquierdas», en los que hombres y mujeres mantienen relaciones sexuales rituales con propósitos místicos y mágicos, son considerados particularmente habilidosos en materia de kr¡ya shakti. Al parecer, la intensa excitación física y cerebral del orgasmo favorece la creación de formas mentales excepcionalmente vigorosas.
Numerosas técnicas místicas tibetanas se originaron en Bengala, especialmente en el tantrismo bengalí, y existe un gran parecido entre los ejercicios físicos, mentales y espirituales que utilizan los yogis tántricos de Bengala y las disciplinas internas secretas de los budistas tibetanos. Por lo tanto, es posible que, en su origen, tanto las teorías tibetanas acerca de los tulpas como sus métodos de creación de estas entidades derive de las prácticas Bengalíes de kriya Shakti.
JAZSMIN

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